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jueves, 9 de enero de 2014

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¿El Autor es Periodista (CDP)

De Cabral-Barahona, R. D.

 

EL PROBLEMA ES DE LIDERAZGO, NO DE PARTIDO.
En el país, en los últimos años se ha visto el declive de importantes organizaciones políticas, verbigracia el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el Partido Reformista (hoy PRSC) y el surgimiento en el escenario nacional de otras nuevas entidades políticas, como es el caso del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

El PRD nació a finales de la década de los años 30 siglo XX y terminó liderada por una de las figuras (un líder político) más renombradas y carismáticas del siglo XX, el DR. JOSE FRANCISCO PEÑA GOMEZ; el PR (hoy PRSC) vio la luz en los primeros años de la década del años 60 de dicho siglo, creada y liderada hasta su muerte por otro de los políticos más sagaces e inteligentes que haya conocido la historia política dominicana, el DR. JOAQUÍN BALAGUER; en tanto el PLD, creado, liderado y conducido por el Profesor JUAN BOSCH, ese patriota de excepcionales  condiciones humanas, morales, intelectuales y políticas que tuvo el país en el siglo XX, tuvo su génesis a comienzos del año 1973.

El PRD al día de hoy tiene 75 años de existencia; el PRSC arrastra más o menos 50 años, y el PLD (de los tres principales el más joven en edad), recién acaba de cumplir 41 años de creado en su accionar político en la sociedad dominicana.

            Constantemente los dominicanos escuchamos y oímos repetir expresiones   como aquella “de que los partidos políticos del país están en crisis; “Que el sistema de partidos en América Latina, incluyendo el nuestro, ha fracasado”; y que ello no es otra cosa que el consecuencia de la crisis que globalmente viene afectando a la Democracia en América Latina especialmente, un sistema político tan antiguo como la propia sociedad que la parió, que fue la sociedad griega, varios de miles de años atrás.

En relación a todas esas críticas que se les hacen a los partidos políticos de República Dominicana, nos atrevemos a afirmar que  posiblemente el problema, o el mal, en sí no sea de la Democracia como sistema, el cual no es otra cosa que la manera de los hombres gobernar o conducir la sociedad y el Estado; es decir, al conjunto de hombres y mujeres localizados en un determinado territorio insular o  continental del mundo, en estos tiempos modernos. Que más bien es producto de los errores y fallas en el ejercicio y en la forma de los líderes políticos ejercer la actividad política; en la manera de accionar, guían y controlan a dichas organizaciones; en un mundo tan moderno, complejo y tan cambiante como el que vivimos hoy; donde se sabe que en cuestión de pocos años después los dirigentes que las controlan se van quedando atrás, en el pasado, en figuras anacrónicas, es decir, en simples fósiles políticos, siendo indefectiblemente sustituidos por figuras frescas, jóvenes con ideas renovadas, modernas y actualizadas.

 Y lo peor del caso es que, presentando tales limitaciones y deficiencias de capacidad de liderato y de gerencia, esos líderes y dirigentes se resisten a los cambios que se generan a lo interno de sus organizaciones, y al sentirse y verse desplazados, se oponen resueltamente a cederles el paso a otras figuras idóneas y capaces, quienes por sus condiciones de idoneidad, con mayores posibilidades bien pueden conducir a puerto seguro en las tormentosas aguas  de este convulsionado mundo.. un mundo  tan convulsionado y de tantos intereses políticos, económicos, sociales, militares, etc., el barco de la organización partidaria.

En esta realidad es precisamente donde se halla la crisis institucional que hoy en día abate tanto el PRD como al PRSC, la cual está en estos momentos las mantiene en riesgos y amenaza con desmembrarlas como entidades políticas tradicionales del país.

Indudablemente que en la dinámica de vida institucional de las entidades políticas en las sociedades humanas, igual que ocurre con los seres vivos, en ellas se cumple el inmutable principio natural de la dialéctica, en el sentido de que en el mundo, en la naturaleza, todo ser o entidad viviente, nace, crece (se desarrolla), en ocasiones se reproduce y  finalmente deja de existir.

Para ello, obviamente deben darse las condiciones de causas y crearse las condiciones para su muerte final. Y parece que ello es lo que está ocurriendo y las viene sucediendo a una serie de partidos políticos en nuestro país.

Fundamentado en el último párrafo de este artículo, consideramos como un total desconocimiento de la dinámica de la dialéctica de la Historia, y como el producto de un craso error político, las quejas y los constantes gritos que constantemente son escuchados de labios de determinados  dirigentes del PRD, quienes acusan al liderato del PLD, sobre todo a su Presidente, y al DR. LEONEL FERNANDEZREYNA y LIC. DANILO MEDINA SANCHEZ, ahora Presidente de la República, de ser “los responsables” de la crisis que sufre (y que siempre ha afectado) a dicha organización opositora; incluso, de un pretendido plan del Partido gobernante para destruirla.

Es decir, que las causas de sus males internos los cuales el PRD viene y padeciendo desde los inicios mismos de su creación, los dirigentes perredeistas entienden que se hallan hacia afuera y no hacia adentro, en su composición social y de clases que convergen hacia adentro; en su estilo metodológico de operar, de ejercer, de organizar, (de cómo gobernar el Estado), tan hermosa actividad humana, que es sin duda la actividad política; la cual –para parafrasear a nuestro Patricio Juan Pablo Duarte—después de la filosofía, es la Ciencia y la actividad más pura”.

    Mientras la dirigencia del PRD sigue su agitado curso enfrentados en dimes y diretes y con sus mentes masturbadas viendo fantasmas donde no los hay y acusando a la dirigencia peledeista de sus dificultades internas, es decir, apuntando para otro lado y no en dirección al objetivo donde está el verdadero  rival u oponente de su desarrollo y crecimiento, el cual les impide  alcanzar el poder, su oponente político-ideológico, que lo es el Partido de la Liberación Dominicana, se le come los dulces en el escenario político nacional, indudablemente con amplias probabilidades  de  controlar el escenario político y el total control de los aparatos del Estado por mucho tiempo.

Y repito, ello quizás no sea culpa del diseño estratégico del PLD, sino de toda una ardua e inteligente labor de trabajo de este Partido, y en el reverso del caso, de las debilidades que en los últimos años han afectado al Partido Blanco. 

 

 

 

    

 

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