¿El Autor es Periodista (CDP)
De Cabral-Barahona, R. D.
EL PROBLEMA ES DE LIDERAZGO, NO DE PARTIDO.
En el país, en los últimos
años se ha visto el declive de importantes organizaciones políticas,
verbigracia el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el Partido Reformista
(hoy PRSC) y el surgimiento en el escenario nacional de otras nuevas entidades
políticas, como es el caso del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
El PRD nació a finales de la
década de los años 30 siglo XX y terminó liderada por una de las figuras (un
líder político) más renombradas y carismáticas del siglo XX, el DR. JOSE
FRANCISCO PEÑA GOMEZ; el PR (hoy PRSC) vio la luz en los primeros años de la
década del años 60 de dicho siglo, creada y liderada hasta su muerte por otro
de los políticos más sagaces e inteligentes que haya conocido la historia política
dominicana, el DR. JOAQUÍN BALAGUER; en tanto el PLD, creado, liderado y
conducido por el Profesor JUAN BOSCH, ese patriota de excepcionales condiciones humanas, morales, intelectuales y
políticas que tuvo el país en el siglo XX, tuvo su génesis a comienzos del año
1973.
El PRD al día de hoy tiene
75 años de existencia; el PRSC arrastra más o menos 50 años, y el PLD (de los
tres principales el más joven en edad), recién acaba de cumplir 41 años de
creado en su accionar político en la sociedad dominicana.
Constantemente los dominicanos escuchamos y oímos repetir
expresiones como aquella “de que los
partidos políticos del país están en crisis; “Que el sistema de partidos en
América Latina, incluyendo el nuestro, ha fracasado”; y que ello no es otra
cosa que el consecuencia de la crisis que globalmente viene afectando a la
Democracia en América Latina especialmente, un sistema político tan antiguo
como la propia sociedad que la parió, que fue la sociedad griega, varios de
miles de años atrás.
En
relación a todas esas críticas que se les hacen a los partidos políticos de
República Dominicana, nos atrevemos a afirmar que posiblemente el problema, o el mal, en sí no sea
de la Democracia como sistema, el cual no es otra cosa que la manera de los
hombres gobernar o conducir la sociedad y el Estado; es decir, al conjunto de
hombres y mujeres localizados en un determinado territorio insular o continental del mundo, en estos tiempos
modernos. Que más bien es producto de los errores y fallas en el ejercicio y en
la forma de los líderes políticos ejercer la actividad política; en la manera
de accionar, guían y controlan a dichas organizaciones; en un mundo tan
moderno, complejo y tan cambiante como el que vivimos hoy; donde se sabe que en
cuestión de pocos años después los dirigentes que las controlan se van quedando
atrás, en el pasado, en figuras anacrónicas, es decir, en simples fósiles
políticos, siendo indefectiblemente sustituidos por figuras frescas, jóvenes con
ideas renovadas, modernas y actualizadas.
Y lo peor del caso es que, presentando tales
limitaciones y deficiencias de capacidad de liderato y de gerencia, esos
líderes y dirigentes se resisten a los cambios que se generan a lo interno de
sus organizaciones, y al sentirse y verse desplazados, se oponen resueltamente
a cederles el paso a otras figuras idóneas y capaces, quienes por sus
condiciones de idoneidad, con mayores posibilidades bien pueden conducir a
puerto seguro en las tormentosas aguas
de este convulsionado mundo.. un mundo
tan convulsionado y de tantos intereses políticos, económicos, sociales,
militares, etc., el barco de la organización partidaria.
En esta realidad es
precisamente donde se halla la crisis institucional que hoy en día abate tanto
el PRD como al PRSC, la cual está en estos momentos las mantiene en riesgos y
amenaza con desmembrarlas como entidades políticas tradicionales del país.
Indudablemente que en la
dinámica de vida institucional de las entidades políticas en las sociedades
humanas, igual que ocurre con los seres vivos, en ellas se cumple el inmutable
principio natural de la dialéctica, en el sentido de que en el mundo, en la
naturaleza, todo ser o entidad viviente, nace, crece (se desarrolla), en
ocasiones se reproduce y finalmente deja
de existir.
Para ello, obviamente deben
darse las condiciones de causas y crearse las condiciones para su muerte final.
Y parece que ello es lo que está ocurriendo y las viene sucediendo a una serie
de partidos políticos en nuestro país.
Fundamentado en el último
párrafo de este artículo, consideramos como un total desconocimiento de la
dinámica de la dialéctica de la Historia, y como el producto de un craso error
político, las quejas y los constantes gritos que constantemente son escuchados
de labios de determinados dirigentes del
PRD, quienes acusan al liderato del PLD, sobre todo a su Presidente, y al DR.
LEONEL FERNANDEZREYNA y LIC. DANILO MEDINA SANCHEZ, ahora Presidente de la
República, de ser “los responsables” de la crisis que sufre (y que siempre ha
afectado) a dicha organización opositora; incluso, de un pretendido plan del
Partido gobernante para destruirla.
Es decir, que las causas de
sus males internos los cuales el PRD viene y padeciendo desde los inicios
mismos de su creación, los dirigentes perredeistas entienden que se hallan
hacia afuera y no hacia adentro, en su composición social y de clases que
convergen hacia adentro; en su estilo metodológico de operar, de ejercer, de
organizar, (de cómo gobernar el Estado), tan hermosa actividad humana, que es
sin duda la actividad política; la cual –para parafrasear a nuestro Patricio
Juan Pablo Duarte—después de la filosofía, es la Ciencia y la actividad más
pura”.
Mientras la dirigencia del PRD sigue su
agitado curso enfrentados en dimes y diretes y con sus mentes masturbadas
viendo fantasmas donde no los hay y acusando a la dirigencia peledeista de sus
dificultades internas, es decir, apuntando para otro lado y no en dirección al
objetivo donde está el verdadero rival u
oponente de su desarrollo y crecimiento, el cual les impide alcanzar el poder, su oponente
político-ideológico, que lo es el Partido de la Liberación Dominicana, se le
come los dulces en el escenario político nacional, indudablemente con amplias
probabilidades de controlar el escenario político y el total
control de los aparatos del Estado por mucho tiempo.
Y repito, ello quizás no sea
culpa del diseño estratégico del PLD, sino de toda una ardua e inteligente
labor de trabajo de este Partido, y en el reverso del caso, de las debilidades
que en los últimos años han afectado al Partido Blanco.
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