LOS ANIMALES EN LA LINGÜÍSTICA DEL DOMINICANO.
Julio Gómez Féliz
(Autor)
Conforme al lenguaje consuetudinario y a las terminologías
empleadas por muchas personas en el país, al referirse a determinados animales podría por ello decirse que, en relación a no pocas
especies de animales --domésticos y no domésticos--, se refleja una especie de
predisposición en contra de ellos, favorable en algunos casos y nada agradable en otros.
Veamos varias muestras de lo que decimos: por ejemplo, cuando un
individuo le dice a otro: “! Oye tú buen burro, no sigas molestando!”, de
seguro que el último se ofende, y de mala madera le pregunta a aquel ¿por qué?
La respuesta es sencilla: porque le está imputando una condición (de un animal)
y una cualidad (carente de entendimiento) propia de ese tipo de animal, la del
burro”. Empero, cuando a alguien se le califica de “caballero”, la reacción
sicológica no se deja esperar: Se siente agrado y satisfacción personal. De ahí
que la palabra caballero en República Dominicana es sinónimo de “persona
educada, formal y por ello digna de aprecio”, etc. ¡Cuánto orgullo viven y sienten
los ciudadanos de Santiago cuando se les reconoce y se les dice que “son de la ciudad
de los treinta caballeros”… No así cuando a alguien se le califica de “burro”.
El burro es usado por el hombre en los campos para transportar cosas: productos,
etc. Más exactamente, un animal, (para los antiguos
romanos una, res nullius) de hacer mandados.
Veamos la gallina, un ave doméstica. Cuando una persona recibe de
otra el calificativo de “gallina”, se le está imputando la condición de un
animal (un ave domesticada), que no pelea no sabe enfrentar la adversa realidad
y sólo sabe ser animal y recibir golpes. Lo mismo ocurre con la “Cotorra”: un
ave. Y asimilando dicho concepto a una persona, a ella se le está calificando
de “habladora”. El Perro: aunque a uno se le insulte diciéndole “buen perro”,
ello no lo exime de ser tratado como un animal irracional, que es el propósito
del insultador.
Cuando un individuo irrespetuoso emplea la expresión “animal”,
para calificar a otro, con esa expresión está sintetizando y haciendo
referencia a todos los animales: gallina, burro (o burra), gato, cotorra, perro,
burro, lechuza, perico, palomo, león, caballo, liebre, culebra (o culebro),
ardilla, pez (según el vulgo, “peje”), cerdo (o puerco) avispa, toro, etc.
Todos esos calificativos en nuestro país forman ya parte del lenguaje coloquial
de nuestros hablantes; y los emplean unos para insultar, denostar, mortificar,
denigrar y mortificar al sujeto a quien se le dirige, lo cual en innúmeras
ocasiones ha servido para generar pleitos y confrontaciones violentas entre
personas.
No sucede lo mismo cuando el hablante emplea, por ejemplo, las expresiones:
Caballo, liebre, culebra (o culebro), ardilla, pez, avispa, etc., las cuales –contrario
a las anteriores--, cuando sus cualidades y características son imputadas o
conferidas a personas. En tales casos, las aludidas sienten y experimentan
cierta satisfacción e incluso agrado, porque indudablemente, y hasta prueba en
contrario, se les está imputando ciertas y determinadas calidades que, a juzgar
por los usos y costumbres de un amplio sector del pueblo, todas son positivas y
engrandecedoras del sujeto al cual van dirigidas. ¿A quién no le satisface el
sólo hecho de se le diga o califique de “caballero”, es usted un gran
caballero, o liebre (que tratándose de un animal ágil, vivaz, e incluso inteligente?).
¿Qué se le diga y se le trate como “un toro”, por ser éste un animal cuadrúpedo
indudablemente fuerte, resistente, guapo, e invencible?
A la persona a quien se califica de “león”, se le está diciendo
que es el ser más privilegiado de la selva; y en el campo político también se
le considera como el invencible, el más fuerte, inindiscutiblemente el líder. Lo
de león en los últimos años ha quedado en nuestro país como un símbolo característico
de las personas triunfadoras, en el mundo político, empresarial, gerencial,
etc.
11 de marzo del 2011.
:-?
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