LOS
CLUBES CULTURALES DE AYER Y LA REALIDAD SOCIAL DEL PRESENTE
Primera
parte
En los días difíciles de la memorable década de los años 70 del siglo
XX, cuando estaban muy de boga los clubes, culturales, deportivos e incluso
religiosas, en el país, en el país, y específicamente en la provincia de
Barahona –incluyendo el municipio de Cabral—nacieron o fueron creados cientos
de organizaciones sociales de tal naturaleza.
Muchas
de ellas –vale decir de sus líderes, dirigentes y miembros-- su misión,
filosofía y propósitos principales eran trabajar y luchar por mejorar y cambiar
la realidad social imperante en sus comunidades de procedencia.
Urge
decir, que en esos años la vida de un elevado número de las comunidades del
país, sencillamente difícil, y en muchos aspectos notablemente precaria:
carestía de trabajo y/o fuentes de empleos especialmente para la juventud;
pésima calidad de vida de amplios sectores populares, con altísimos niveles de
analfabetismo en la población marginada; aparte de la fuerte e incontrolada
represión y persecución por motivos político-ideológicos.
Quien
escribe estas líneas, fue en la mencionada época uno de esos numerosos clubistas
y dirigentes sociales en el municipio de Cabral y de la ciudad de Barahona. Nuestro
trabajo y labor clubista, junto a otro nutrido número de valiosos jóvenes de
esos años, fue realizado desde la Sociedad Cultural Círculo de Estudios de Cabral,
con su importante y muy escuchado programa radial CLARINADA CULTURAL por Radio
Guarocuya y Radio Barahona.
Ello
ocurrió en una época y una coyuntura difíciles, en la que por las
circunstancias y como gesto de solidaridad, debíamos trabajar –como lo estuvimos haciendo
hasta los últimos momentos de su existencia-- de forma hermanada con la Sociedad
Cultural los Buenos Amigos de la ciudad de Barahona, con su gran programa
radial Pincelada Cultural, producido también por Radio Barahona.
En
la actualidad, y transcurrido ya muchos años, cuando aún perviven muchas de las
causas que generaron y motivaron la aparición de dichas agrupaciones sociales en nuestras
comunidades, vemos hoy con mucha nostalgia y no sin una honda preocupación, su casi
total desaparición, o podríamos decir en camino a la total extinción de gran
parte de ellas; en un momento de la vida social, ética y moral del país en que
las mismas, más que beneficiosas, son una gran e imperiosa necesidad.
25
de noviembre del 2013.
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