Julio Gómez Fèliz
Leyendas.
El pueblo de Cabral posee en su acervo una abundante riqueza cultural; no solo material, sino además de la llamada cultura intangible (perceptible o tocable por los sentidos). A parte de los ya mencionados, que forman parte de la cultura material, puesto que corresponde a su accionar o modo su de vida, existen los siguientes: Las leyendas. Según lo que hemos investigado, se conocen decenas de veinte leyendas, muchas de ellas antiguas, hermosas e interesantes. Creo que muchos cabraleños desconocen, o conocen poco, de todo ese legado legendario de nuestros antepasados, y no es su culpa, sino de quienes, en el curso de siglo y medio han educado a nuestras jóvenes generaciones; de quienes nos han impartido las clases de Ciencias Sociales. Porque eso de un pueblo tener conciencia de su realidad histórica y cultural, es obra y responsabilidad de sus educadores, sobre todo.
Y alguien dirá o se preguntará calladamente: ¿Y qué significan y de qué le valen a un pueblo pobre y pequeño, en estos tiempos difíciles: eso de leyendas, cuentos, poesías y novelas, si lo que necesitamos es trabajo, comida, ropa, cuarto y un poco más de bienestar?...
Y yo diría que sí… que en parte es así. Pero que un pueblo necesita también ser conocido en el mundo, y cada uno de nosotros necesitamos ser distinguidos en cualquier lugar donde pisen nuestros zapatos; y eso sólo nos lo brinda algún sello distintivo, y entre esos elementos característicos que nos distinguen como habitantes cabraleños en cualquier lugar fuera de este pueblo, --incluso en muchos puntos del extranjero--, se hallan nuestra laguna Rincón (ya la describimos) como una pequeña porción de agua dulce, bella e incomparable en las antillas. De igual forma somos conocidos por los cachúas, ese pintoresco juego con disfraz multicolores de una autóctona indiscutible. La cachúa constituye una gran riqueza cultura que es orgullo de todos los cabraleños. Ese valioso patrimonio debemos conservarlo a cualquier precio y no dejarlo perder ni mucho menos que por la competencia de calidad se le relegue al plano del desconocimiento.
Y digo esto porque tendremos que observar en los años venideros un país saturado de carnavales, de desfiles y todo tipo de juegos novedosos, donde hasta los pueblos más pequeños entrarán en competencia cultural y a artística, por la primacía. Porque el arte, en esta sociedad globalizada y en la era de la informática, habrá de ser un instrumento y un medio para generar bienes, riqueza, grandeza, nombradía, a la vez que servirá para ensanchar las relaciones en este mundo globalizado. Y los pueblos que se resaquen, que marchen lento y no logremos superarnos, nos quedaremos atrás y otros nos sustituirán y ocuparán el bien ganado espacio que hasta ahora hemos tenido en eso de nuestros juegos folclóricos.
Volvamos con las leyendas. En eso este pueblo de Cabral ha sido sumamente rico; aunque se han perdido muchas leyendas, narraciones e historias legendarias. Las que hemos logrado salvar del polvo del tiempo, nos las han legado nuestros antepasados traídas hasta aquí de boca en boca, es decir, a través de la tradición oral. Nada se había escrito hasta ahora. Welter, Dioris Fèliz y Julio Gómez somos los que nos hemos dado a esa difícil tarea de escribir y producir o reproducir las cosas atañas de nuestro pueblo; entre ello nuestras leyendas y nuestras historias guerreras, míticas e incluso místicas muchas.
Yo les aseguro que el contenido de las leyendas de nuestro pueblos no debemos verlas con recelo o desinterés, porque ellas hablen de cosas que Uds. no las entiendan o que parezcan irreales; porque lo cierto es que de alguna forma ellas contienen una cierta carga o contenido de las cosas que nuestros viejos vivieron, sintieron y creyeron… y subrayo creyeron… Las leyendas narran lo que decían los viejos acerca de lo que ocurría a su alrededor, de aquello que contaban los brujos del pueblos, los curanderos, los sabios, los que creían en Dios y hasta de quienes no crían más que en sus cosas fetichistas… Pero esas son sus historias. No podemos rechazarlas, porque así posiblemente neguemos y rompamos con esa relación espiritual con nuestros viejos, aquellos que crearon este pueblo.
Tenemos, por ejemplo:
1.- La leyenda del Musungo
2.- La leyenda de la niña Adivina
3.- La leyenda de los vende gente
4.- Leyenda de los Grandes Brujos (como dicen fuera de Cabral)
5.- La leyenda del agua curativa
6.- Leyenda de los difuntos pescadores de la Laguna
7.- Leyenda de los que no se disfrazan 7 veces, quedan fuera de la gracia de Dios.
8.- La leyenda de los indios bajo las aguas.
9.- Leyenda de la danza de las brujas bajo el higo.
10.- La leyenda de San Andrés el Pescador.
11.- Leyenda del Zángano tumbado.
12.- La leyenda de los entierros de dinero
13.- Leyenda de la piedra de Ara.
14.- Leyenda de la piedra de mande ojo de Fabia
Y otras muchas leyendas más, de las que3tanto hablaban Fabia Ferrera y otros viejos del pueblo, ya fallecidos. Todas ellas forman parte del acervo cultural de Cabral, y todos Uds. las conocerán y las leerán en un momento no lejano.
Hay en Cabral una tradición muy antaña, y es aquella que da cuenta de que algunas fuentes de agua o cachones, poseen un gran poder curativo. Eso lo decía y lo creía mucha gente de aquí; y por ello los días de San Juan las cabezas de agua se llenaban de gente que acudían a bañarse a ellas, especialmente la que había en el lado del Majagual; y también eran muchas las personas que daban testimonio del poder curativo de esas aguas. Y es por ello que hasta años recientes muchos adoradores realizaban rituales religiosos en los ríos. Y todas esas creencias forman parte de las tradiciones y enriquecen el voluminoso caudal cultural del pueblo de Cabral.
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