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sábado, 30 de enero de 2010

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El primer Ateneo creado en Barahona

(Temas culturales)

Julio Gómez F.

En el año 1952 –más precisamente el 29 de septiembre--, fue creado en la ciudad de Barahona el primer ateneo. Se trató de una entidad de carácter especialmente cultural y además con miras a promover y desarrollar el intelecto entre sus integrantes y, por qué no, de los habitantes de la demarcación citadina.

En ese mecanismo cultural, integrado por una importante matrícula de conocidas y destacadas figuras de la vida social, empresarial e intelectual de esa población, conforme a los términos consignados en el reglamento creado para tales efectos, tenían cabida todos los intelectuales y ciudadanos amantes de la cultura, residentes en el país; aunque el mismo precisaba que no había exclusión por la nacionalidad. Entre las metas y objetivos de la entidad, estaban:…

Fue esa la primera vez que en Barahona se produjo tan importante mecanismo, vale decir la conjugación de ideas unificadas en torno a un propósito común y específico, alrededor de la cual convergía el núcleo pensante, lo más acrisolado de su clase social, lo selecto de la generación profesional e intelectual de la época.

Entre esa constelación de prohombres barahoneros, todos forjadores y fundadores de la primera entidad de su clase, estaban: los señores Raúl G. González, Eliseo Da mirón, Dr. Secundino Ramírez P., Guaroa Vázquez Acosta, Dr. Jorge A. Hazoury B., Dr. Narciso T. Suberví, Tesorero; Dr. Francisco Manuel Tezano, Sub-Tesorero; Lic. Juan Guilliani; José A. Robert, Alejandro Lebreaut C. Octavia M. de Perdomo, Francisco Manuel Tezano, Lic. Juan Guilliani, Ángel Augusto Suero y Lic. Polibio Díaz.

También formaban parte del mismo, Osvaldo Quezada, José Antonio Galán, Constantino Cury F. José Manuel Cocco Abreu, Carlos Alberto Castillo, Carlos Lassís, Armando S. Coradín, Silvero Cabreja D., Domenech, Dra. Lux María Montes de Oca, Dr. José R. Campos Navarro, Br. Marino Cuello, María Altagracia Quiñones, Azor Hazoury T. Julio A. Coiscou h (Neno), Juan Brador, Pedro Al Vargas C., Octavia Moreta de Perdomo, Dr. Jottin Cury, Virgilio Peláez S., Julio Gautreaux, Hilda Padilla, Elba Rudy Espinal, Enrique Michel, Osvaldo González, Fray Luís de Ausejo, Mario A. Padilla, Lic. René Abreu Miniño, Neftalí Olivares B., Alcibíades Espinosa, Arcadio Encarnación y Manuel Pérez Espinosa.

Al principio, el número de matriculados en la entidad de marras, fue de sesenta (60) miembros, aunque sus fundadores fueron sólo 34. Su primer presidente lo fue el Sr. Raúl G. González, de una directiva conformada por once (11) miembros. Eliseo Damirón fue el vice-Presidente de la misma; Dr. Secundino Ramírez P. vicepresidente; Guaroa Vázquez Acosta, Secretario de Correspondencias; Dr. Jorge A. Hazoury B., secretario de actas; Dr. Narciso T.


Suberví, Tesorero; Dr. Francisco Manuel Tezano, Sub-Tesorero; en tanto que el Lic. Juan Guilliani, José A. Robert, Alejandro Lebreaut C. y Octavia M. de Perdomo fungían como vocales.

No hay duda de que aquella matrícula de ateneístas eran ciudadanos notables y sobresalientes, quienes de una u otra manera cumplían un importante rol en el quehacer social, intelectual y económico y por ello fueron altos los niveles de expectativas que acerca de ellos se creó en su momento la sociedad barahonera; y efectivamente llenaron su cometido, y jugaron su cometido en el quehacer cultural de Barahona, al menos por un corto espacio.

Este ateneo se trazó metas ambiciosas e interesantes en el campo del cultivo, promoción y desarrollo de los valores culturales e intelectuales de los citadinos de Barahona; por ejemplo, para su trabajo su programa estratégico creó siete secciones científicas, a saber: sección de Literatura, de Bellas Artes, de Ciencias Naturales, jurídicas, matemáticas y cosmológicas, ciencias pedagógicas y filosóficas. Así también contaba con una sección bibliotecaria; y fue a partir de ese momento cuando en la ciudad comenzó a operar una biblioteca, que servía de refugio y de nutriente a los apetitos por saber de numerosos e inquietos jóvenes ansiosos de desarrollarse en la vida cultural y del intelecto en general.

Lo cierto es que de esa primera agrupación cultural, creada y estructurada con tanto espero y esperanza para Barahona, como reminiscencia hoy sólo se conservan nombres y recuerdos, puesto que las actuales generaciones no han logrado sostener, siguiera como recuerdo, el pendón de ese importante instrumento cultural. Hoy es otra la historia, otra la realidad y otros los hombres, como expresara Gustavo Adolfo Tavares en su libro de costumbrismos barahoneros: “Eran otros los tiempos y otros los Hombres”.

17 de noviembre, 2009.

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