Raices Caribeñas

 

Víctor N. Matos:

Un cabraleño de nobles sentimientos

JULIO GOMEZ F.

Luego del Profesor Francisco Peña haber sido objeto de una injustificada golpiza, por su condición de antitrujillista, a raíz de su detención e interrogatorio por miembros del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) del dictador Rafael Leonidas Trujillo, en el año 1961, cuyo régimen pretendía involucrar al profesor Peña en alegados planes conspirativos en contra del tirano, el señor Víctor Nicolás Matos (Vilo), con su característica vocación altruista, que siendo aún joven  para esos años, ya para entonces poseía ciertos conocimientos empíricos de salud  y realizaba labores de curación entre sus conocidos en Cabral. Y por ello despertaba cierta sospecha en los calieses que el régimen trujillista tenía establecidos en esta población de Cabral; a causa de lo cual esos espías se mantenían vigilando de forma permanente a determinadas personas a quienes creían desafectas al dictador entonces.

Sin embaro,  el joven Víctor Matos, interesado y preocupado por salvarle la vida a un ser humano de su pueblo, quien a la vez era el esposo de su tía la también Profesora Práxedes Féliz (La Moza) y madre del valeroso jóven Francisco Amadís Peña; Francisco Peña, quien permanecía en el lecho en su hogar, luego de la agresión recibida días antes, solía ir más de una vez por semana a la vivienda de su tía, que se hallaba casi al frente y a escasos metros de distancia, a curarle los golpes y las heridas del enfermo Peña.

Y con tan extrema discreción y prudencia el joven Víctor Matos hacía su su bienhechora labor en favor del esposo de su tía La Moza, que nadie se enteraba cuando el muchacho ingresaba a la casa del enfermo, ni tampoco cuando salía, con lo cual evitaba que el militar --yo nombre por ahora nos reservamos para esta publicación--, miembro del SIM (Servicio de Inteligencia Militar), y  que por su apariencia de ciudadano común y de poco llamativa apariencia, nadie sospechaba que estuviese espiando en favor del dictador; labor que realizaba desde el frente del parque local, a menos de cien metros de distancia, donde se mantenía en permanente y discreta obsevación, vigilando y espiando a cuantas personas se aproximaban o visitaban el hogar del convaleciente Francisco Peña, a quien en Cabral el régimen junto con otros sospechosos de ser antitrullistas, lo tenía lo tenía estigmatizado como uno de sus más jurados enemigos y a cuyos hijos, entre ellos el también joven profesor Francisco Amadís Peña (Pepe), en esos fatídicos días fue asesinado en la población de Sabana de la Mar por sicarios de la tiranía, en cuyo lugar el malogrado joven cabraleño dirigía el Liceo Secundario, que entonces ostentaba el nombre de “Generalísimo Trujillo”.

Estos datos forman parte del libro CABRAL, SU CULTURAY FOLCLORE, que saldrá a la luz próximamente.

12 de de mayo, 2012.