Fuiste
símbolo del obrero marginado,
que soñaste
la vida en tus callosas manos; llevando la carretilla y el mandado
para sobrevivir a tu dolor humano.
cuando eras inmerecidamente maltratado
por el hermoso “delito” de ser marginado.
no entendieron ellos que Jesucristo
nos legó el ejemplo para la humildad.
Hermano, en
verdad moriste descontento,
inconforme
con tanta incomprensión, hostigado del dolor y el sufrimiento
de tan despiadada humillación.
el pueblo solidario te brindó la merecida
gratitud que tu humilde corazón supo ganar.
Rafael Feliz, a quien en vida en el pueblo se le denominaba con el apodo Boíto, fue un humilde obrero
(carretillero) del municipio de Cabral, quien veinticinco años atrás, antes de su muerte, laboraba en casa (y el almacén comercial) del distinguido munícipe Don Bolívar González Cury, en cuyo hogar querían bastante a este personaje, de muy humilde extracción social, por cierto. En esos años (década de los años 70 del siglo XX) yo era uno de los jóvenes de la calle Duarte que le admiraban, mientras otros muchachos, ignorantes, lo murmuraban e incluso jugaban con él de mala manera. Se trató de uno de los personajes populares de Cabral que más nos motivaron y nos interesaron, por su forma sencilla de ser, por su obediencia y por su consagración al trabajo. Su vida y su trágico desceso nos mitvaron entonces a ecribirle este poema, el cual se halla publicado en mi libro de Poemas TIEMPO DESPUES.
0 comentarios:
Publicar un comentario